"I, DRAVOS" (I)
1. INOCENCIA
2. PUREZA 3. CORRUPCIÓN 4. CULPA
Para
muchos, Davros es y siempre ha sido por excelencia el malo de Doctor
Who. A todo el mundo le encanta odiar al Amo, por supuesto, pero en su mayor
parte este rival Señor del Tiempo del Doctor siempre ha tenido estilo y
elegancia, incluso se podría decir que es un retrato bastante romántico de un
villano. Davros, por otro lado, es un monstruo absoluto. Horrible a la vista,
Davros siempre ha conseguido ser aún más feo en el interior de lo que es por
fuera.
En televisión, jamás se dio ninguna explicación de la condición física de Davros. En “Génesis of
the Daleks” de Terry Nation los Kaleds fueron retratados como una raza similar
a los nazis, que valoraban la pureza y el buen estado de salud por encima de
todo. Sin embargo, paradójicamente, su Comandante Supremo era posiblemente físicamente
el ser más torpe en todo su planeta. Como tal, se deducía que Davros no había
nacido así, que fue herido en
contraposición a corrompido genéticamente, y así desde 1975 generaciones de fans
de Doctor Who se han preguntado e incluso se han atrevido a imaginar lo que
podría haber causado que Davros apareciera como lo hizo. Esta conjetura plantea la cuestión: "¿La locura de
Dravos fue antes de su accidente, o fue su locura causada por él?”, Pero ahora,
por fin, no tenemos que especular más. Big Finish en la asombrosamente
excelente mini-serie “Yo, Davros” contesta a todas las preguntas que se habían planteado sobre Davros, y plantea un buen
número de otras nuevas sobre este tema.
La historia que se cuenta a través de estas obras es
monumental tanto a escala global como a
escala personal, pero la calidad de los guiones y las actuaciones de los actores
son más que iguales a eso. De hecho, toda la producción es de la más alta
calidad, desde la evocadora melodía del
título de Steve Foxon (realizador de posproducción y efectos digitales y sonido de Big Finish) y apuntando todo el camino al distintivo de Stuart Manning (creador de portadas de Big
Finish), y sincera y francamente las inspiradas ilustraciones de
la portada son impresionantes.
1. INOCENCIA.
Es justo decir que se espera lo mínimo en la entrega inicial de la miniserie,
"Inocencia", pero el guión de Gary Hopkins es realmente sorprendente. Aparte de que el título pueda ser una grave ironía o un nombre inapropiado, todo
el juego se satura con brillantez. Claramente inspirado en la serie de
televisión de la BBC “Yo, Claudio”, los
personajes de esta historia son fácilmente tan icónicos como sus homólogos romanos, por no hablar absolutamente del
fascinante arranque.
"Nada
muere de vejez en Skaro."
Tómese a la madre
de Davros, Calcula. Lo que es un uso simple y sorprendentemente efectivo de la onomatopeya:
el nombre del personaje dice todo lo que
necesitas saber acerca de ella antes de que ella misma lo haga. Y Carolyn Jones
(en el Octavo Doctor sale en“The
Last”, también escrita por Hopkins) es absolutamente dueña de su parte de la
historia, habría sido una cosa fácil para una actriz llevar a un personaje a los reinos de pastiche, pero
en su haber Jones se acerca a la línea de
melodrama completamente sobrio aquí (supuestamente). El padre de Davros, el Coronel
Nasgard, es casi tan impresionante. El veterano de
Doctor Who Richard Franklin, más conocido para los oyentes como el capitán
Mike Yates de UNIT, imbuye al canoso corcel de guerra con ese magnífico sentido
ciego de la lealtad y el deber inflexible que los soldados tienen a menudo en la ficción, debidamente templado por la insinuación
ocasional de que no está lejos de lo que parece a simple vista.
"Es fascinante que un ser
vivo pudiera someterse a este tipo de peligrosos experimentos,
sabiendo que iba a morir...”
Pero el verdadero triunfo de "Inocencia" es el propio joven Davros,
interpretado aquí por Rory Jenkins. Se temía
(y se esperaba) una honesta
interpretación de Jake Lloyd, pero, Davros es mucho más inteligente y
mucho más sutil que eso. Mientras que el Davros de "Inocencia" puede
estar a años luz de distancia de su última psicosis, el joven que nos
encontramos en esta obra es tan lanzado y tan despiadado como el déspota devora-realidades
en que Davros está destinado a convertirse. Una de las escenas finales de la
obra, con los experimentos que somete Davros a su traicionero tutor Magrantine, es
absolutamente escalofriante, y es quizás la manifestación más explícita de la
maldad que acecha en el niño, incluso tan temprano. Pero incluso esa escena
horrible palidece en comparación con la que le sigue, donde Davros ofrece a su
hermana algunas raras palabras de consuelo después de un duelo que ha sufrido,
pero su única intención es hacerse con el cadáver de su amigo para usarlo en
sus experimentos de radiación.
Y en segundo lugar los apasionantes personajes y la línea
narrativa con carga política es el nivel de detalle que Hopkins inyecta dentro de la obra. En un verdadero estilo
precuela , "Inocencia" liga toda una multitud de cabos sueltos y los
posibles desaciertos de continuidad, desde las referencias pasajeras a los Dals
(una extinta raza Skarosian, parece) y al Lago Drammakin (el futuro Lago de las
Mutaciones) a las complejidades del protocolo militar Kaled y la progresión de
armamento utilizado en la guerra.
2.
PUREZA
La segunda entrega de “I, Davros” está escrita por James
Parsons y Andrew Stirling-Brown, el dúo responsable del audio del Séptimo Doctor
“Live 34”.
En el documental “Making of” de Joseph Lidster, Gary Russell
remarca que se trata de un relato en la tetralogía de ”I, Dravos” donde a los
escritores se les dio un razonablemente amplio criterio, y creía que esta relativa autonomía se muestra
claramente en la obra terminada. En "Inocencia" Davros fue pintado
como una especie de chico de oro, un prodigio, incluso. Aquí, sin embargo, sólo
una década más tarde, Davros es un cero a la izquierda pegado a un trabajo
ingrato que es probar armamento defectuoso. Parsons y Stirling-Brown muestran un
panorama fascinante e inesperado, la yuxtaposición de la mediocridad de Davros
con su ambición sin precedentes, la
ambición que le obliga a aceptar una misión suicida que le ofrece el Supremo
Kaled, una misión suicida en la que, de si alguna manera pudiera sobrevivir, sería
ver lo que crean en el núcleo científico finalmente.
Como gran parte de esta obra se centra en la misión de
Dravos de recolección de inteligencia en territorio Thal, es naturalmente mucho
más vigorosa y de rápido movimiento que los dos siguientes capítulos.
Pero aún así, Parsons y Stirling-Brown desarrollan el personaje de Davros mucho más allá incluso de lo que lo hacen Lance Parkin o Scott Alan Woodard más tarde. Es en esta obra
donde cambia la vida de Davros,es en esta obra donde su destino está grabado en
piedra.
La actuación de Terry Molloy como un Davros treintañero es muy buena, muy controlada, sobre
todo cuando trata su importante epifanía
después de su encuentro con Magrantine, casi se pueden ver los engranajes girando
dentro de su brillante mente. La
presunción de que sólo el odio de Magrantine hacia Davros es lo que le mantuvo
con vida durante tanto tiempo como un muto, un "hecho jirones, reliquia
lisiada de guerra", y que a su vez es el descubrimiento de esta verdad lo
que pone a Davros en el camino hacia la creación de los Daleks esta absolutamente
inspirado.
"Tú me ha hecho vivir. La venganza es
un poderoso motivador... Sólo espero que
algún día descubras lo que es vivir así.
Y espero que te traiga tanto dolor como me ha traído a mí".
Mientras tanto, de vuelta en territorio Kaled, el incestuoso
drama de "Inocencia" continua, esta vez con la hermana de Davros,
Yarvell (Lizzie Hopley) es el centro de todo. Su traición a Davros y la muerte
resultante en las manos de su madre está muy bien resuelta, es muy Roma.
Sin embargo, la escena final de la obra es de lejos la
más llamativa. Al principio de la historia, Yarvell sermonea a Davros acerca de
cómo una vez los Kaleds y los Thals vivieron
en paz, y al hacerlo, le remite a una
pintura recientemente descubierta de un Kaled y un Thal abrazados. Por
supuesto, no tenía ni idea de lo que estaba sembrando en la desquiciada mente
de su hermano. En lugar de abrazar, en la escena final de "Pureza" se
ve Davros empalmando ADN de Kaled y Thal, y luego los mezcla con el ADN de la mortal
planta Varga.
Además, como en el caso de "Inocencia",
"Pureza" está saciada con detalles suficientes para mantener incluso a
los más fervientes y entusiastas fanwank alimentados durante meses. Como ya se ha
mencionado, las plantas Varga del Plan Maestro de los Daleks tienen un papel
importante que desempeñar, aprenderemos más de los Dals y de las otras razas
extintas de Skaro, y la escena política Kaled se ha perfilado totalmente, el Supremo
y su Consejo de los Doce serán prácticamente habituales en el clímax de esta
obra.
"Pureza" es, pues, sorprendentemente lo más destacado de toda la serie. No se pueden conocer los detalles del accidente de
Davros o ver como se creó el primer Dalek, sino que en toda la obra se oye
a Molloy dar vida a un Davros pre-accidente
y lo lleva a una buena aventura pasada de moda, una aventura donde se forma el
destino de Skaro y, con el tiempo, toda la Creación.
Traducción de Montse Garcia para papelpsíquico.
By E. G. Wolverson
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